The chief obstacle to being part of the 21st century worldin which jobs, education, healthcare, and access to government services are all onlineis the cost of high-speed access and computers.

viernes, 30 de agosto de 2013

Apuntes presenciales de una jornada judicial histórica. Las audiencias amicus ante la Corte Suprema en la causa "Grupo Clarín vs Estado Nacional". ¿Quién fue el gran ganador?



Las audiencias “amicus curiae” que se llevaron a cabo los días miércoles y jueves pasados en la Corte Suprema por la causa judicial “Grupo Clarín vs Estado Nacional” sin dudas han sido históricas para la justicia argentina. No obsta a esa clasificación el hecho de que el máximo tribunal haya utilizado dicho remedio procesal en otras causas significativas como “Halabí” y “Mendoza (contaminación del Riachuelo)” entre otros.  Nadie pudo dejar de considerar que las mismas eran una estrategia de la Corte para patear la decisión de la causa hasta después de las elecciones, y que no tenía ningún sentido cumplir con esta formalidad. Anticipo que estuvimos todos equivocados, porque el que verdaderamente estuvo preparado para la ocasión fue el presidente del tribunal, quien no solamente formuló muy buenas preguntas sino que evitó en todo momento que se vayan por las ramas, o versen.

He tenido la suerte la suerte de ser testigo imparcial de estas audiencias, y me gustaría dejar algunos comentarios sobre las impresiones personales sobre las mismas.

El día miércoles expusieron cinco amigos propuestos por cada parte durante quince minutos cada uno, para luego pasar a exponer los llamados amigos independientes. No me resulta claro como se permitió tanto a la Procuradora General como a la Defensora del Público exponer como amicus, cuando de la Acordada de la CSJN que regulaba estas audiencias claramente se establecía que estaba prohibido exponer como amicus a aquellos que integrasen alguno de los poderes del Estado.  

La actitud adoptada por todos los amicus propuestos por cada parte en dar una visión claramente identificada con la de la parte que los propuso, me parece que les han quitado seriedad, y no van a ser muy tenidas en cuenta por el tribunal. Si tuviera que elegir alguna de las exposiciones me quedo con la de Victor Abramovich, propuesto por el Estado.

Si las posiciones de los amicus de parte fueron tendenciosas, mucho más sesgadas fueron las de las supuestas voces independientes, salvando la excepción del Dr. Juan V. Solá (Centro de Estudios en Derecho y Economía UBA).

Para el jueves habían quedado los alegatos de las partes, y concurrí sin recordar que se había implementado un mecanismo de preguntas por parte del tribunal a las partes. Ante lo cual segundo día fue mucho más interesante que el primero. He descubierto que los abogados argentinos no tenemos la mínima noción de cómo actuar frente a un tribunal para alegar en forma verbal, y mucho menos si tenés al presidente de la Corte Suprema atento y metido en el partido, preguntando y repreguntando y exigiendo. Sentí que la actitud de las partes fue como de una extrema confrontación, hablaban enojados y tensos, no se comunicaban con el tribunal, no trataban de explicar frente a los interrogantes planteados. La que mejor interpretó el juego, fue la menos esperada, fue la Dra. Graciana Peñafort por parte del Estado Nacional, jugó tranquila y fue la más clara, pese a que no coincida con la veracidad de muchas de sus afirmaciones.

Pensé que el Grupo Clarín iba a estar mucho más sólido sin tantos titubeos y contradicciones, y con ideas acordes con una estrategia preconcebida. Al menos al principio, sentí que los abogados del Grupo querían irse porque se estaban comiendo una paliza de Lorenzetti. Para tener una idea, era lo más parecido a un examen final oral de la facultad. Hubo destellos interesantes de Alejandro Carrió y de Gelli, de los cuales esperaba más pero sin duda estuvieron a la altura de las circunstancias en una instancia sumamente difícil.

Todo lo bueno que logró la doctora Peñafort se vió opacado con el alegato final de Sabbatella con un discurso de barricada con claro tinte de política oficialista, que lo único que vino a hacer es arruinar y embarrar el loable trabajo realizado por la referida profesional defendiendo la posición del Estado ¿¿¿¿o del gobierno???. A veces se confunden.  

Sin embargo, casi todos los que estuvimos presentes en estas audiencias, nos fuimos convencidos que el verdadero ganador fue la Corte Suprema, a través de su presidente, por haber exigido a las partes por igual con preguntas sumamente incisivas y preparadas, y por haber difundido por Internet en vivo las referidas audiencias, y aggiornando el formalismo judicial. Sin lugar a dudas que si el ganador fue la Corte Suprema, también lo fue la institucionalidad de la Nación. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario