The chief obstacle to being part of the 21st century worldin which jobs, education, healthcare, and access to government services are all onlineis the cost of high-speed access and computers.

lunes, 7 de abril de 2014

Un ejemplo de contienda sobre datos personales que se va a venir con el Big Data.

El caso Vidal-Hall and others v Google [2014] EWHC 13 (QB), 16 January 2014, resuelto recientemente en Inglaterra, ha venido  a representar un significativo cambio de rumbo en materia de privacidad en Internet. En primer término porque se aceptó la jurisdicción de los tribunales ingleses en vez de la jurisdicción judicial americana.

El caso surgió cuando un grupo de usuarios fueron autorizados a demandar a Google frente al aprovechamiento del buscador de fallas del browser Safari en materia de privacidad, permitiendo seguir y explotar los hábitos de navegación de los usuarios. La relevancia de este precedente radica en que se reconoce una nueva fuente de obligaciones surgida del Abuso de Información Privada.  Asimismo, según comentaristas del fallo, no es necesario acreditar la existencia de un daño para que proceda la acción.
Por este tipo de conductas en los Estados Unidos Google ha llegado a ser multada en 40 millones de dólares por la Federal Trade Commission. Sin embargo en el Reino Unido el límite de sanciones establecido en 500.000 libras esterlinas, pasará a ser modificada con la nueva regulación recientemente aprobada a nivel europeo de protección de datos personales, resultando aplicable lo que resulte mayor entre 100 millones de euros y el 55% de la ganancias mundiales.  
Sin dudas existe un límite muy difícil de demarcar entre el rastreo legítimo y anónimo frente al curioseo intrusivo y abusivo de la actividades en línea.
Hay un tira y afloje constante entre los consumidores que desean preservar la inviolabilidad y el secreto de sus datos de uso de Internet así como sus datos personales frente a los inescrupulosos operadores en línea que buscan beneficios económicos de cada pedazo de información personal que encuentren en Internet.
Pese a la trascendencia para el derecho de los consumidores, en Inglaterra no se reconoció la posibilidad de plantear una acción de clase contra Google puesto que no toda la información que puede ser obtenida del uso de Internet por una persona puede ser considerada como información privada.
Sin lugar este caso es un anticipo de las contiendas futuras vinculadas con el Big Data y con las formas de recabar datos y la forma en que se utilizan los mismos por terceros distintos a los titulares de los mismos.


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